Ya que ha sacado el tema
Wood y que le he comentado que venía mascando esto desde el pasado sábado, pues aquí lo suelto, porque si lo dejo para más adelante quizá sea peor. Lo más probable es que acabe con un papelito de esos certificados que me obligará a rascarme el bolsillo para que los señores de la
DGT alcancen el objetivo marcado para el presente año.
Y es que, ya lo avisaba yo. Y tú,
Wood, no sé de qué te quejas si ya sabías a qué ibas a dedicar el año, y sino, léete.
El caso es que ahora y por circunstancias que no vienen al caso, los fines de semana me pego un viajecito no muy largo, pero que me hace circular por distintas carreteras donde los límites de velocidad son variados y donde no hay dios que los entienda.
M-40, circunvalación que te mueres. Sábado tempranito, ni dios en la carretera. La gente o durmiendo la borrachera o aprovechando que no suena el endemoniado despertador. Cuatro carriles en cada sentido. Rectas donde se te pierde la vista dependiendo de lo mayor o menor afinada que la tengas. Límite de velocidad: 100 Km/h. Y ahí vas tú. Solita. Con ese pedazo de asfalto enterito para ti y con un coche que no sé a los demás, pero yo, es apoyar el pie en el acelerador y se planta a 160 como si lo tuviera el cabrito
'memorizao'. Joer, la media hora con un ojo en el velocímetro y el otro
'despendolao', entre leer carteles de radares y encontrarlos. Venga, va. Quito el pie del acelerador. Me pongo a 100. Joer, esto que es!!! Si me adelantan los árboles, el coche se me sale del carril, me entretengo con una mosca, el motor me dice que a qué jugamos que se aburre. Y miro el velocímetro. La madre que me parió. Ya estoy a 140 otra vez!!!
Llego a la primera desviación. Cambio de carretera. La N-5, bueno no, que se han modernizado. La A-5 a la altura de Móstoles. Aquí da lo mismo que sea sábado, domingo que martes. Temprano, tarde o vaya
usté a saber. Qué narices hace todo el mundo en Móstoles. Los de Móstoles no duermen? Dos carriles.
Petaos. Límite de velocidad: 120 Km/h. Para qué, oiga? Si en Móstoles te sobra el pedal del acelerador. Los lentos van por el carril de la derecha y los torpes por el de la izquierda. Así que te pongas donde te pongas lo raro es que alcances los 100. Cuidadín con salirte del carril que te la pegas con el de la derecha o con el guardarrail ese que te ha cogido cariño y circula a un palmo tuyo porque no hay sitio para más. En Móstoles no hay ni moscas para entretenerse. Y el motor otra vez con que se aburre. Pues te aguantas, joer, que yo también.
Así que para entretenerme
(y esto al motor ni le va ni le viene), pues me pregunto desde cuando tenemos estos magníficos límites de velocidad en nuestras carreteras estupendas para circular con nuestros maravillosos coches. Y mira tú por donde, que hoy me he puesto a indagar. Resulta que hasta 1974 en España no había límite de velocidad
(bueno, ni coches, casi) y que cuando decidieron ponerlo se estableció en 130 Km/h. Bueno, yo por esa época, si acaso iba en coche, sería durmiendo en el asiento de atrás y mi padre si alguna vez consiguió poner el coche de antaño a 130 sería en sueños. En 1976, con la segunda crisis del petróleo, bajaron el límite a 100 Km/h. Ná, ni de coña tampoco. Algún privilegiado a lo mejor, que se mataría en la primera curva, porque las carreteras eran penosas de echarse a llorar. Y finalmente, en 1981, nos dejaron estos magníficos 120 Km/h que padecemos en la actualidad. Donde la red viaria principal, salvo excepciones vergonzosas, se ha rehecho en su totalidad y donde los vehículos que nos venden duplican en prestaciones a los de antaño.
A ver, esto no es un alegato en favor de la conducción temeraria. Trato de que sea la constatación de una realidad. Revisen por favor, los límites de velocidad. Cuando la carretera va atascada ya se encarga el de delante de marcar nuestro límite de velocidad, pero déjenme ir a 140 el sábado por la mañana. En Móstoles ya sé que no, pero... ¿y por lo demás?
La información sobre los límites de velocidad está sacada de Microsiervos, que a su vez se basan en otro informe y donde aportan curiosos datos sobre accidentes de antaño y de ahora.