Hace un día de radiante sol que convierte la dicha de follarte en un placer para los sentidos que me gusta rememorar con cada rayo que me toca.
Eres, la composición hipnótica que resuena en mi mente sin cesar.
La que se inicia lenta a golpe inquisidor de piano, acariciando las teclas con tesón y despertando mis instintos.
La que incita al teclado buscando compañia en la melodía y que se repite una y otra vez para hacer tambalear mi deseo en suave aleteo.
La que se retuerce sobre si misma y se adorna de sonidos, de voces ininteligibles que se adentran en nuestras cavidades para arrastrarnos allí, donde siempre acabamos por encontrarnos.
Donde las llamas abrasan.
Donde nada nos toca, salvo las caricias que inventamos.
Donde nada nos derrota, salvo el deseo encendido.
Donde nos licuamos y salivamos por el devenir.
La enloquecedora melodía que resurge frenética en los oídos.
La que sin abandonar la locura de la lírica, se deja mecer y acariciar en un vaivén de hormonas que me embisten y me asaltan, trastocando la realidad en un suave levitar de sensaciones que se enroscan alrededor tuyo para poseerte.
Para alcanzar aquello de ti que tú mismo desconoces.
Y te saboreo y succiono en ese estado febril que se alarga en el tiempo en misterio insondable, pero cierto.
Eres, la dulce melodía, la locura del deseo. Amor y pasión que estalla mil veces escondida y desconocida para los demás, en el obscuro rincón donde habita mi sexo.
Eres, la composición hipnótica que resuena en mi mente sin cesar.
La que se inicia lenta a golpe inquisidor de piano, acariciando las teclas con tesón y despertando mis instintos.
La que incita al teclado buscando compañia en la melodía y que se repite una y otra vez para hacer tambalear mi deseo en suave aleteo.
La que se retuerce sobre si misma y se adorna de sonidos, de voces ininteligibles que se adentran en nuestras cavidades para arrastrarnos allí, donde siempre acabamos por encontrarnos.
Donde las llamas abrasan.
Donde nada nos toca, salvo las caricias que inventamos.
Donde nada nos derrota, salvo el deseo encendido.
Donde nos licuamos y salivamos por el devenir.
La enloquecedora melodía que resurge frenética en los oídos.
La que sin abandonar la locura de la lírica, se deja mecer y acariciar en un vaivén de hormonas que me embisten y me asaltan, trastocando la realidad en un suave levitar de sensaciones que se enroscan alrededor tuyo para poseerte.
Para alcanzar aquello de ti que tú mismo desconoces.
Y te saboreo y succiono en ese estado febril que se alarga en el tiempo en misterio insondable, pero cierto.
Eres, la dulce melodía, la locura del deseo. Amor y pasión que estalla mil veces escondida y desconocida para los demás, en el obscuro rincón donde habita mi sexo.
Wim Mertens - Maximizing The Audience (1984)
10 comentarios:
al principio de leer no sabía si había leído lo que he creído haber leído, pero sí, es uno de esos textos tuyos, con todas las letras. con todas las sugerentes, incandescentes, derritienentes letras. sonorizado además. perfecto!
Indescriptible.
Es tan expresivo tu lenguaje que a veces hace que uno casi se ruborice.
En cualquier caso, la expresión de unos sentimientos, de unas sensaciones, de ese sabor u olor que todavia revolotea en la mente de uno, de ese deseo... escrito con una descripción impecable.
Da la sensación que escribas en directo...
:-)
Si, uno de esos en los que me da el arrebato y que tenía ya un poco abandonados. Será que se acerca la primavera, raúl.
En directo no, amigo draynert, lo hago con el regustillo de lo que perdura. Acabando como se merece la semana y empezándola mejor aún.
Besazos, disfrutar la semanita.
Maldita sea..leer esto por la mañana no es nada bueno..lo reelere por la tarde, pero vamos, muy buena representación escrita de lo que sientes y vives.
Uyuyuyuyuyuyuyuyyy, ando un poco desconectado de la blogo y se me ha ocurrido darme un paseito, y que gustirrinín que me ha dado leer este post. Pero que gustirrinin, de verdad.
Yo lo definiría como lírica trempadora y apasionadamente succionadora, y lo digo aquí desde el oscuro rincón en que habito.
Como bien sabes, Wim Mertens me pone y esta es mi canción preferida. También aquí, desde este rincón donde todo se eleva mirando hacia el cielo, donde se izan banderas que ondean al viento mientras las teclas de piano suenan sin cesar. Joer, que potito, me ha salido de tirón.
Besotes gordos.
Yo diría que la formula 1 te ha sentado de maravilla...
Jajaja. Yo creo que si acaso, es mejor que lo leas por la noche, Arkangel, y luego ya, pues como tú veas. Pero bueno, este post es contenido en expresiones, no? Será cosa de vuestra imaginación. :p
Besote.
Hala, el otro, pues tú si que no te contienes nada, Wood. Estoy casi por llevarme la parte trempadora y succionadora donde se izan banderas ondeadas al viento, al post en lugar de dejarlo aquí escondido en los comentarios.
Potito ese tirón de teclas pulsadas, si señor. Y la que estaba en rincones obscuros era yo, eh? No me quites el sitio. Jajaja.
Besazos a golpe de tecla pianística.
Estooooo... pues sí, me sentó de maravilla la F1, Outsider. Y lo mejor, el postre. Jajaja.
Besos.
Fabulosa expresión de lo que es la comunión entre ser humano y música, esa con la que disfrutas como un placer recóndito. Como si cada canción que guardas como un tesoro, fuera un amante más. Como si cada vaivén de notas fuera un embiste más. Con el cariño con el que hay que entregarse al sexo, con el celo con el que ese amante es tuyo, y lo posees hasta sacarle todo su jugo...
A tus pies Elektra...
¿Y tú me dices a mí de la lectura?!...pos jija,yo cuando tú escuches música así,te coloco el cartelillo de Do Not Disturb y a disfrutar,mujé...que he entrado lo meno miles de veces y me daba como cosilla interrumpir jijijijijijijijijiji
...eso,y que debo tener alma de vouyerista jaaaajjaja que andaba esperando a ver qué decían los otros jijiijijijijiji
Achuchones!
Mmmmm..., a los suyos, caballero del Torreón, siempre a los suyos.
Te advierto, india, que no me dejo yo "disturbiar" mucho cuando estoy escuchando música "así". :) Pero se agradece el no interrumpir. Jajajaja.
Estoy recordando que tú eras con la que me iba plantar yo en el escenario en plan voyeurismo, mientras los chicos babeaban con Imelda May, no? Ya decía yo que haríamos buenas migas. Jajaja.
Besazosssss.
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