domingo, 15 de agosto de 2010

Origen (2010)

Hacía mucho que no escribía nada sobre cine porque la cartelera no ofrecía nada digno de ser contado. Tropezarse con una maravilla en la gran pantalla hace que olvides todos estos meses de insulsez. Origen o Inception, el nombre original de la nueva película de Christopher Nolan, es una obra maestra. Una película de la que no puedes desviar la atención ni un solo momento por la cantidad de conceptos que maneja. La banda sonora es perfecta y viene de la mano de Hans Zimmer, otro genio que eleva el valor de todo lo que toca.

No voy a desvelar el argumento, porque vaya gracia para el que lo lea y aún no la haya visto. Solo diré que maneja elementos que a mi me resultan tran atractivos, que ya tenía mucho a su favor antes de verla. El mundo de los sueños, las paradojas, el subconsciente, escenarios cuasi reales con figuras imposibles como la escalera de Penrose que se introducen en los sueños a través de los arquitectos, los laberintos, la realidad que se pliega sobre si misma y que en muchos casos recuerda algunos de los cuadros de Escher, son conceptos que se desarrollan en la trama y que forman parte de los sueños que se viven dentro de otros sueños en distintos planos a los que se va accediendo generando cierta sensación de vértigo y donde uno llega a perderse sin tener muy clara la diferencia entre la realidad y lo onírico. Todo esto se manipula tan magistralmente que te atrapa desde el principio y es tanto lo que ofrece, que seguramente cada vez que se vea se descubrirá algo nuevo que la vez anterior se escapó.

Evidentemente, hay opiniones para todos los gustos. Pienso que la historia no es más que un intento por dar vida a todos esos conceptos agrupándolos en el único mundo donde pueden resultar creíbles. Los sueños son la abstracción de la realidad, el lugar donde casi todo es posible y jugar a manipular el subconsciente sin ofrecer escenarios como los que soñamos haría poco creíble el argumento. Más que la historia en sí (una historia de ladrones), más que la interpretación de los personajes, lo que hace para mi gusto de la película una obra maestra son las ideas trasladadas a la pantalla con unos efectos especiales dignos de elogio.

Destacaré por último el trabajo de Leonardo DiCaprio y su permanente obsesión, que me parece meritorio y por supuesto, la banda sonora que te sumerge en los sueños. Podría pasarme un buen rato hablando de la película, pero os dejo que la veais y reflexioneis vosotros. Lo que tengo claro, es que la veré unas cuantas veces. :)

Time - Hans Zimmer (BSO Origen) - 2010

lunes, 9 de agosto de 2010

Jódete y baila

Esta entrada la escribí hace unos meses y se quedó ahí, como borrador que no acabó por ver la luz. Si la rescato ahora es porque en esa época ya vaticinaba lo que iba a suceder. Esto que ahora me tiene encerrada sin remedio entre las bonitas cuatro paredes de un edificio donde no hace mucho todos bailaban encantados de la vida. Además, el tiempo ha servido para que la puesta en escena tras los ensayos, hayan acabado en youtube y pueda así ver, meses después, las caras de felicidad de unos cuantos impresentables y responsables del encierro que algunos estamos viviendo estos días. Hoy el día ha sido magnífico, total... solo he trabajado 14 horas y eso, es casi un regalo.


* * *

Marzo, 2010

Mi empresa, profundamente preocupada por la productividad, el estado del empleo y la resolución de los problemas acuciantes que vivimos, nos envió el otro día un comunicado en el que de alguna forma solicitaba que ampliáramos nuestras funciones. Jeje. El asunto del correo era: Si quieres buen rollo, abre este mail. Malo. Cuando aquí hablan de buen rollo es que te la van a meter doblada. Pero bueno, la curiosidad mató al gato y abrí el correo. En él, nos daban cuenta de la última gilipollez que había parido alguien (a saber quien), con unos niveles de estrés que en nada se parecen a los que padecemos otros. Y contaban lo siguiente:

El fenómeno del "LipDub" se ha puesto de moda y en (léase nombre de mi empresa), no queremos ser menos.

Queremos hacer un videoclip corporativo en el que los empleados interpretemos una canción, haciendo playback. (la carcajada al llegar aquí, fue sonora)

¡¡Necesitamos vuestra participación!!

Os esperamos a todos para vivir una experiencia única, cantar, bailar y en definitiva pasar un rato divertido. (Desde luego, algunos tienen un concepto de lo que es una experiencia única, que dice muy poquito de la vida que llevan, jajaja).

Si teneis alguna habilidad especial: patinais, haceis malabares, capoeira o tocais algún instrumento... no dudeis en poneros en contacto con nosotros para que lo tengan en cuenta en el rodaje.

Hala, como puta por rastrojo. No solo tienes que hacer tu trabajo y el de alguno más, sino que se requieren dotes escénicas para hacer el imbécil delante de una cámara mientras que el trabajo que debería estar en la calle desde hace un mes y que de seguir este camino, acabará por hacer rodar cabezas, no es lo prioritario. Y entre tanto jijiji y jajaja, tanto revuelo como hay hoy por estos lares, que es cuando están grabando el bonito videoclip al que curiosamente se han apuntado para participar los externos que tenemos subcontratados (jeje, vaya imagen de empresa, para eso, que contraten a profesionales, no?), pues aquí estamos, perdiendo miserablemente el tiempo . Y yo me estoy meando y no me puedo levantar porque han tomado al asalto los pasillos de mi planta y en un intento por gestionar una solicitud en la mesa de un compañero, casi me enganchan pal bailoteo. Vamossss, pues solo me faltaba eso. Yo para bailar necesito un cubata en la mano, cierta penumbra en el ambiente, musicón guapo y a poder ser, buena compañía. Y aquí..., ni unas cosas, ni otras.

En fin, esto si que parece "la casa de la guasa". Veremos si no acabamos llorando por los rincones cuando nos pidan cuentas por lo que teníamos que haber hecho. Eso si que será una experiencia única.

Feliz puente para los que lo tengan. Yo este finde si que espero bailar, pero como diox manda.

domingo, 8 de agosto de 2010

Un instante y una canción

Hay ocasiones en las que una canción es capaz de hacerte sentir dichosa aunque solo sea mientras esa música y el eco de la misma, resuena en tus oídos. Son las tres de la madrugada. He vivido una semana agotadora de trabajo como no había vivido nunca antes. Y lo peor de todo, es que el trabajo aún no ha terminado, y es más que probable que la siguiente semana sea igual. Empecé la semana anterior con alguna jornada que superó las 24 horas seguidas y empecé esta otra algo más pausada pero siempre in crescendo. Desde las 15 horas del lunes hasta acabar el viernes superando lo inimaginable, 27 horas sin dejar de dar el callo. He llegado a perder la noción del tiempo, a no saber en qué día vivía, a no saber en qué día hice una cosa u otra. He llegado casi a perder el conocimiento de puro agotamiento. Me ha costado más de un día recuperarme y hacerme de nuevo a los horarios de los mortales.

Necesitaba airearme, aunque esto sea un decir, ya que la temperatura a estas horas no baja de los 30º y el aire se ha debido de quedar enredado en algún lugar muy lejos de aqui. De cualquier forma, necesitaba salir, ver las caras de la gente, tomar unas cervezas fresquitas, cenar como es debido, mantener una charla animada, disfrutar de un buen mojito, escuchar hablar a los demás, observar las calles llenas de gente en pleno agosto, escuchar las sirenas de las ambulancias o los coches de policía que recorren las calles habitualmente. Necesitaba ubicarme nuevamente en esta ciudad y recuperar sensaciones perdidas. Y una vez conseguido, he llevado a M a su casa, he subido el volúmen de la música y he cogido la carretera camino de la mía. Una carretera casi desierta. He subido un poco más el volúmen de la música, he bajado las ventanillas para rescatar el aire que hoy nos estaba vetado y ha empezado a sonar esta canción.

Finley Quaye & William Orbit - Dice (2003)


Por un momento me he sentido feliz, con esa felicidad que aparece de repente como surgida de la nada pero que lo inunda todo. He aflojado el pie del acelerador para mirar a mi alrededor con el brillo que la dicha coloca en los ojos y que en la obscuridad de la noche tiñe incluso de brilantes colores hasta las sombras. Y gracias a esto, sé que estoy preparada de nuevo para afrontar una semana más perdida en otra realidad.

martes, 3 de agosto de 2010

Reflexiones pasajeras

Hacía tiempo que el aire no llegaba bien a sus pulmones, que tropezaba con la desilusión de su entorno y llegaba escaso y viciado. Hacía tiempo que el mundo aparecía desfigurado ante sus ojos. Como si un grueso vídrio deformara la percepción de las cosas. Un vidrio clavado en su retina que filtraba el exterior y lo traducía en impresiones distorsionadas de la realidad.

- Eres estúpida -se decía a sí misma.
- Lo sé, la estupidez se reparte de forma desigual por el mundo y a cada uno nos toca una porción diferente. A mi me ha tocado más de la que soy capaz de asumir.
- Pues tú misma. Si no eres capaz de ver con claridad dentro de ti, difícil lo pones para apreciar la nitidez de lo que te rodea.
- Bueno, siempre me gustó disfrutar de esa imagen turbia con que se adornan las cosas para el miope. De esta forma convertía las imágenes más bellas en el producto de un sueño y las más horrendas en la peor de mis pesadillas. Nunca tuve término medio. El gris siempre me pareció mediocre e indiferente.
- Ya. Quizás sea hora de acudir al oculista.
- No, no quiero descubrir el nítido relieve de la realidad. No quiero ver más allá de lo que ya veo. Realmente, no me importan los rasgos de los extraños, ni lo cristalino del horizonte. Yo..., sólo necesito un poco de luz interior. Un poco de claridad dentro de la maraña de emociones que me asaltan a cada momento y que en ocasiones disparan mis pulsaciones para confundir aún más mis sentidos.
- Bueno, todo el mundo se sobresalta en algún momento.
- ¿Si? ¿La gente se sobresalta consigo misma?
- Supongo que sí. El desconcierto ante aquellas cosas que nos negamos, provoca esas sorpresas.
- Vaya monólogo estúpido que mantengo contigo, ¿qué podrías descubrirme tú de mi misma?
- Quizás lo que te empeñas en ocultar. La voz de la conciencia posee una sabiduría innata.
- Je, ya te oigo a veces refunfuñar, pero paso. Si te hiciera caso necesitaría otra conciencia que me recordara mis errores contigo.
- Seríamos multitud en ese caso. No te lo aconsejo.
- Cierto, tú y yo ya somos multitud y rara vez nos ponemos de acuerdo cuando debatimos algo. Y además, esta vez ni siquiera te he preguntado. No sé que haces aquí.
- Te hago compañía, te recuerdo quién eres y lo que quieres.
- Pues hoy no quiero ni compañía, ni recuerdos. Estoy muy cansada, déjame tranquila. Tengo que dormir.


Feu Ma Mere - The Agony After (1989)